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Mortalidades subestimadas en parques eólicos
La generación de energías limpias y renovables está en marcha en España; los parques eólicos, entre otras vías exploradas y bien desarrolladas en la actualidad, están a la cabeza de la producción sostenible. Sin embargo, la puesta en producción eólica de un parque conlleva también algunas cargas ambientales, siendo la mortalidad de vertebrados voladores, aves y murciélagos, uno de sus principales impactos.
La minimización de esta afección a la comunidad faunística es compleja, siendo imprescindible acometer estudios preoperacionales, previos a la instalación del proyecto, para la adquisición del conocimiento necesario, a modo de prevención, descartándose desde el inicio emplazamientos de riesgo para la biodiversidad por acoger poblaciones de especies sensibles, de distribución restringida y de alto valor conservacionista.
Una vez seleccionada la localización para un desarrollo eólico, a priori correcta, la fase de explotación del proyecto de referencia debe contar con seguimientos rutinarios para llevar a cabo las estimas de mortalidad de vertebrados voladores, de bajas ocasionadas por los aerogeneradores, con el objeto de determinar la incidencia real de la actividad sobre las especies aéreas, en general, muy en particular sobre las especies objetivo de cada territorio implicado.
Las administraciones medioambientales, autonómicas y estatales, en sus resoluciones de tramitaciones de proyectos, requieren compromisos de seguimientos al respecto de la problemática señalada, si bien adolecen de exigencias de esfuerzos exhaustivos que permitan hacer determinaciones ajustadas del impacto real que se provoca por las colisiones y el barotrauma de aves y quirópteros.
Esfuerzos de control mensuales o quincenales son, a todas luces, insuficientes, dada la pérdida de información que se produce con la desaparición de cadáveres por carroñeros y descomponedores. Las exigencias de prospección deben ser, al menos, semanales, para acercarse a la detección real de los daños ocasionados.
Estos controles de la mortalidad en parques eólicos deben ser rigurosos, además, en lo referido a la cualificación del personal involucrado, así como al respecto de la dedicación y la exhaustividad de las prospecciones. Y deben apoyarse en las oportunas estimas de aproximación desde el momento en que los datos recopilados en los trabajos de campo son, con certeza, sólo una fracción de la incidencia real.