El rápido crecimiento de la población humana experimentado a lo largo de la última centuria ha significado afecciones numerosas y de gran entidad sobre los ambientes naturales de la Tierra, impactando de manera especial sobre el clima y la atmósfera, con repercusiones muy negativas sobre los paisajes naturales, la flora y la fauna.
Buena parte de estos cambios introducidos por el Hombre a raíz de su creciente actividad, sobre todo derivados de los ingentes procesos industriales y productivos, también por la concentración humana y la ocupación superficial del territorio, son en la actualidad irreversibles.
El siglo XIX y la Revolución Industrial marcan el hito cronológico en la existencia de la Humanidad a partir del cual se aceleran todos los procesos de explotación de los recursos naturales del Globo, siendo actuaciones como las talas indiscriminadas de bosques y forestas, las actividades mineras y extractivas, el consumo ingente de combustibles fósiles, la intensificación agropecuaria, los motivos principales del deterioro acelerado del planeta, facilitando la liberación a la atmósfera de grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.
Los cambios ambientales más significativos, tratados de manera sucinta, se dejan ver en:
La Atmósfera y el Clima: la actividad humana siempre ha significado procesos de contaminación y alteración climática y atmosférica; pero ha sido durante los últimos 200 años que los procesos de contaminación por gases y partículas en suspensión se han multiplicado, generando problemas derivados, muy graves para la salud del Planeta Azul, como la lluvia ácida, la merma de la capa de ozono y el calentamiento global resultante de la acumulación de gases de efecto invernadero.
La Tierra y los Océanos: la población humana y el uso que realiza del territorio han significado transformaciones drásticas de los paisajes terrestres. Por otro lado, la contaminación del medio marino, así como la sobreexplotación de los productos primarios que genera, están hipotecando el sostenimiento y la viabilidad de los océanos, cuya buena salud es clave para la pervivencia de toda Vida, también la Vida humana.
Las Extinciones: a lo largo del Tiempo Geológico se han producido diversas grandes extinciones, derivadas de la incapacidad de adaptación de todos aquellos seres vivos que desaparecieron, forzados por lis cambios ambientales acontecidos.
Sin embargo, la llegada del Hombre y su dominio del Globo implicó la aceleración de los procesos de extinción de especies; de esta manera, conforme la población humana crece, las actividades del Hombre ponen en peligro a ecosistemas, hábitats y taxones, sobre todo de aquellos más especializados, que sufren, de manera más significativa, la presión humana.
