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El agujero de la capa de ozono de las zonas polares ha aumentado de tamaño cuando ha bajado exponencialmente la contaminación ¿cómo es posible?
Durante estos días de confinamiento debido al COVID-19, hemos visto como los valores de contaminación atmosférica generales han bajado en todos los países afectados. Debido principalmente a la reducción drástica de movilidad de vehículos de combustión, así como la reducción del transporte aéreo y de la industria.
Pero paralelamente a este hecho apareció una noticia preocupante sobre el ya “viejo conocido” agujero de la capa de ozono de las zonas polares, se destacaba en las noticias que el agujero, o más bien los agujeros , ya que hay dos uno en el Ártico y otro en la Antártida habían aumentado su tamaño.
Por lo que parece la disminución en los niveles de contaminación general (SOX, NOx, Partículas…) no han tenido relación con el aumento de tamaño de los agujeros. La conclusión parece que el tamaño de los agujeros de ozono va variando en el tiempo y debido a la dinámica climática atmosférica sufren periodos tanto de reducción como de ampliación de los mismos. No hay por tanto a priori, causalidad entre un efecto y otro.
El ozono (O3) fue un compuesto muy conocido a mediados de los años 90 debido a que la utilización por parte de la industria de diversos compuestos, como los CFCs y compuestos de bromuro, se demostró que estaba debilitando la capa de ozono estratosférico. Esta capa, que se extiende aproximadamente de los 15 km a los 50 km de altitud, reúne el 90 % del ozono presente en la atmósfera y absorbe del 97 al 99 % de la radiación ultravioleta de baja frecuencia (150-300 nm). Es el hecho que absorba ese porcentaje tan alto de radiación ultravioleta lo que lo hace tan importante para la vida en este planeta, ya que esa capa nos protege de estas perjudiciales radiaciones. Esta capa se mantiene de forma natural debido a un frágil equilibrio:
El ozono estratosférico se forma por acción de la radiación ultravioleta, que disocia las moléculas de oxígeno molecular (O2) en dos átomos, los cuales son altamente reactivos, pudiendo reaccionar estos con otra molécula de O2 formándose el ozono:
O + O2 + M –> O3 + M ( En lo cual M representa cualquier gas que transfiere energía del ozono para estabilizarlo )
El ozono se destruye a su vez por acción de la propia radiación ultravioleta, ya que la radiación con longitud de onda menor de 290 nm hace que se desprenda un átomo de oxígeno de la molécula de ozono. Se forma así un equilibrio dinámico en el que se forma y destruye ozono, consumiéndose de esta forma la mayoría de la radiación de longitud de onda menor de 290 nm. Así, el ozono actúa como un filtro que no deja pasar dicha radiación perjudicial hasta la superficie de la Tierra.
Hasta ahora hemos hablado del ozono “estratosférico”, que se encuentra en la capa superior de la atmosfera. Pero hay otro ozono, en realidad es la misma molécula solo que este se encuentra en la capa conocida como troposfera, en la que vivimos todos, y pasa a denominarse ozono troposférico. Y este ozono troposférico ya no es tan beneficioso mas bien al contrario. Ya que como se puede ver en su nomenclatura química, O3, esta formado por 3 átomos de oxigeno, lo que la convierte en una molécula fuertemente reactiva y oxidante. Esto provoca que sea muy perjudicial para la salud. Los efectos que el ozono puede provocar son tos, irritaciones en la faringe, el cuello y los ojos, y dificultades respiratorias como la garganta seca. También puede producir otros problemas respiratorios como una mayor incidencia y un agravamiento del asma, la reducción de la función pulmonar y una inflamación de las vías respiratorias, que genere síntomas respiratorios y una alteración del rendimiento. Los niveles elevados de ozono también pueden causar un incremento de la mortalidad diaria. En concentraciones muy pequeñas de menos de 1 ppm ya produce efectos adversos e incluso es posible detectarlo mediante el olfato.
Este ozono troposférico se crea a través de reacciones fotoquímicas entre óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV) derivados de fuentes como la quema de combustible. Es el compuesto más destacado de los oxidantes fotoquímicos y forma parte del llamado esmog fotoquímico.
Es por ello que el ozono cuenta con umbrales establecidos por la legislación:
Todo esto sobre el ozono sirve para recordar que en contaminación, en cualquier tipo de contaminación, tan importante es la cantidad de un contaminante, como sus características, como su localización, como su dispersión. Y que aunque conocemos mucho sobre la contaminación atmosférica, nunca hay que dejar de estudiar hechos que a priori no están relacionados hasta poder descartar con seguridad la relación. Si necesitas culquier consulta sobre contaminantes contacta con nuestro Departamento de inspección