Uno de los principales desafíos en la productividad de las energías renovables es el uso eficiente del espacio. Los parques eólicos requieren extensas superficies de suelo para lograr una producción eléctrica rentable. La rentabilidad energética se alcanza cuando la energía generada supera los costos de instalación y operación, lo que depende de factores como el precio de venta de la electricidad, incentivos, costos de mantenimiento y la inversión inicial. Desde la experiencia de AUDEMA en la implantación de parques eólicos, queremos arrojar más luz sobre este tema.
Para que un parque eólico sea rentable, se necesita una densidad de potencia entre 0.2 y 0.5 MW por hectárea, variando según la localización, tecnología y condiciones del viento. Por ejemplo, un parque con una potencia de 30 MW puede abarcar entre 60 y 150 hectáreas, lo que equivale a entre 84 y 200 campos de fútbol.
En 2022, se instalaron 1.640 MW de energía eólica, una cifra significativa pero aún insuficiente para alcanzar el objetivo de 62 GW en 2030 según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Esto implicaría la instalación de 60,36 GW adicionales, lo que requeriría unas 300 hectáreas más dedicadas a instalaciones energéticas. Es importante destacar que encontrar una ubicación óptima para estas 300 ha puede ser un grave problema, dado que los mejores emplazamientos (de mayor y mejor recurso) están ya ocupados por máquinas más ineficientes que las actuales. Los lugares adecuados donde a día de hoy no han sido instalados aerogeneradores, suelen presentar conflictos legales, medioambientales o de escasez de recurso eólico.
Además de los impactos sobre los usos del suelo, es importante considerar la vida útil de los aerogeneradores y su eficiencia energética a lo largo del tiempo. Los avances tecnológicos que optimizan la generación energética y el espacio utilizado son cruciales para mejorar la rentabilidad.
Para dar solución a estos desafíos de instalación, rentabilidad económica e impactos ambientales se han empezado a llevar a cabo obras de repotenciación, es decir, la sustitución, parcial o total, de antiguas turbinas por modelos más potentes y eficientes.
Con la repotenciación se encuentran ventajas como tamaño de los aerogeneradores, más grandes, para minimizar la ocupación del terreno, optimización tecnológica en el rendimiento de generación de energía y las ventajas medioambientales, al usar emplazamientos anteriores no se utilizan nuevos espacios, ya que la idea es el reemplazo de las unidades por unos más eficientes y así alargar su vida útil.
Por un lado, se encuentra la localización, es decir, los parques eólicos que se encuentran en zonas con las mejores condiciones eólicas pueden ser reaprovechados y puede mejorar, considerablemente, su potencia instalada, y con las mejores condiciones ambientales, su generación eléctrica al multiplicar la capacidad de generación en el mismo espacio, sin tener que recurrir a otros sitios con peores condiciones eólicas.
Por otro lado, se evitan accidentes y contratiempos que vienen dados por el avance de la vida útil de los equipos como cortocircuitos, incendios, problemas de frecuencia… que impiden alcanzar los requerimientos técnicos por la natural obsolescencia de las turbinas. Esto puede llegar a reducir costes de implantación y mantenimiento. Los aerogeneradores más modernos, también permiten la generación de electricidad de forma menos intermitente, pues son capaces de funcionar con menor cantidad de viento.
A nivel medioambiental se evitan muchos impactos, entre los cuales destacan los impactos:
A nivel legislativo presentan otras ventajas, pues ya se contarían con los permisos y autorizaciones del sector industrial, estaría inscrito en el registro especial y la evaluación de impacto ambiental previa. Siempre que la potencia instalada no se incremente en más de un 40 %, y que la instalación tenga una potencia evacuable que no supere la potencia eléctrica autorizada, no será necesaria una nueva solicitud de conexión a la red eléctrica, así como tampoco el pago de nuevos avales. Se puede resumir que a nivel burocrático tiene ventajas en coste, velocidad de tramitación y eficiencia sobre la instalación de un nuevo parque eólico. Por otra parte, es posible producir durante el tiempo que dure la tramitación administrativa, pues, aunque más antiguos existen aerogeneradores instalados que ya están produciendo.
También se pueden integrar nuevas tecnologías a partir de la repotenciación de forma más sencilla. Por ejemplo, existe la posibilidad de integrar sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS), que permitan el almacenamiento de energía para su posterior vertido a la red en caso de excedente de energía.
En conclusión, la rentabilidad y expansión de los parques eólicos enfrentan desafíos significativos relacionados con el uso del espacio, la eficiencia a lo largo del tiempo y los impactos medioambientales. Para abordar estos desafíos, la repotenciación de aerogeneradores antiguos por modelos más grandes y eficientes se presenta como una solución clave. Este enfoque permite optimizar la capacidad de generación sin necesidad de ocupar nuevos terrenos, reduce los riesgos asociados con la obsolescencia de las turbinas y disminuye los impactos medioambientales. Además, al reutilizar instalaciones existentes, se simplifica el proceso legal y burocrático, lo que representa una ventaja importante frente a la construcción de nuevos parques eólicos.
