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Conservación del patrimonio natural y cultural: problemas de convivencia
El cernícalo primilla (Falco naumanni) regresa a la Península Ibérica por estas fechas desde sus cuarteles transaharianos de invernada, para ocupar sus colonias de cría, muchas de ellas históricas, utilizadas durante décadas, a menudo en edificaciones y monumentos incluidos en núcleos urbanos.
El cernícalo primilla no tuvo problemas de conservación hasta mediados del siglo pasado. Era habitual verlo en castillos, torres, cortijos o casas de campo normalmente en zonas dedicadas a la agricultura y la ganadería extensivas, zonas en las que era fácil que encontrara invertebrados con los que alimentarse. Las transformaciones sufridas por el campo español en las últimas décadas mermaron su hábitat y causaron su declive.
El cernícalo primilla se encuentra en el Listado de Especies Silvestres en “Régimen de protección especial” (Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero) y está incluido en la categoría “Vulnerable” en el Libro Rojo de las Aves de España. Gracias los planes de conservación que se han llevado a cabo su situación parece haberse estabilizado.
Uno de sus lugares habituales de cría en Hueva es el Colegio Jesuita e iglesia de Santa Catalina ‘La Campana’, perteneciente al municipio de Trigueros, en estos momentos en plenas obras de rehabilitación. El ayuntamiento de Trigueros ha hecho un grandísimo esfuerzo por devolver el esplendor a este edificio, que hasta 2014 estaba en manos privadas y prácticamente en ruina. Fundado, bajo la advocación de Santa Catalina, en el siglo XVI (en torno a 1562) por el jesuita triguereño Francisco de Palma y Araujo, fue un importante centro religioso y educativo. De este edificio llegaron a partir expediciones de evangelización al nuevo mundo. Durante siglos se convirtió en un importante referente cultural en el territorio, donde se enseñaba principalmente gramática. Es en él donde se instaló la primera imprenta de la provincia de Huelva y se imprimió, en 1649, el libro más antiguo que se conoce de la misma.
En este momento, la conservación del patrimonio cultural y del patrimonio natural entran en conflicto. Tiene que aplicarse la sensatez para lograr compatibilizar la conservación del patrimonio de todos, arquitectónico, cultural y natural, evitando casos erróneos de coordinación, como el que parece ocurrir en la localidad de Trigueros, en la provincia de Huelva, a raíz de las obras en un bien patrimonial, coincidentes con el inicio del periodo reproductor del pequeño halcón protegido, sin que se tengan en cuenta las oportunas medidas para minimizar su afección.